Un viaje a la India constituye una experiencia de gran calado en el alma de quien la visita. Una migración a lo más hondo de nuestros sentidos donde un olor, un color, un sabor o una imagen es capaz de despertar el más vivo de los recuerdos.
el poder de las personas
Movida quizá por esos largos días de confinamiento y las continuas noticias relacionadas con la COVID19 no he podido evitar acordarme de aquellos viajes que más me marcaron y donde los valores humanos se enriquecen y refuerzan a cada paso. Mi viaje a Nepal e India en 2011 -¡cómo pasa el tiempo!- es quizá un conjunto de recuerdos y sensaciones donde se mezclan muchos de esos sentidos y valores. Por ser un viaje capaz de alcanzar todas nuestras fibras a nivel físico, mental y espiritual. Cierro los ojos y puedo sentir ese calor, el olor intenso a especias, escuchar el sonido de miles de personas, animales y por supuesto, el caótico tráfico de sus calles. Como una orquesta perfectamente sincronizada y dispuesta a hacerte vivir la India al máximo en cada rincón del país.
mi viaje a la india.
un ejercicio de nostalgia
Recuerdo la autenticidad y esencia que percibí y me traje de vuelta. Paisajes increíbles, ciudades coloridas, civilizaciones y costumbres milenarias y monumentos de épocas de cuento. Siempre he creído que un viaje a la India es para viajeros experimentados o simplemente atrevidos y abiertos a nuevas culturas. Con una mente sin prejuicios. Verdaderamente, un viaje a la India debe ser algo premeditado y que realmente llame tu atención a gritos. Un viaje que realmente te apetezca vivir, y quizá sufrir pero que sin duda te ayudará a enriquecerte como persona.
Yo siempre lo tuve claro. Quería ver lo máximo de la India en 3 semanas y posteriormente acercarme a Nepal. Quería descubrir las magníficas montañas del Himalaya y conocer Kathmandú, su capital. En esta ocasión no pretendo servir de guía de viajes, pues no es ocasión para ello. Este es momento de acercaros a los lugares y experiencias que considero imperdibles y que considero que todo viajero debería vivir.
la «otra» india y el auténtico nepal
Mi primer consejo. Olvídate de los itinerarios recurrentes y trata de armonizar los clásicos Delhi, Agra o Jaipur con otras joyas como la universitaria y verde Udaipur con su lago y limpias calles. La colorida Jodhpur. La tranquila y poco visitada Jaisalmer en pleno desierto, Bombar con su industria cinematográfica y por supuesto, no dejes de conocer la ciudad sagrada de 5000 años. Benarés o Varanasi, la más antigua del mundo, lugar de peregrinaje y situada a orillas del río Ganges. Si viajas a Nepal, además de los lugares clásicos, tampoco puedes dejar de visitar Bhaktapur. Una ciudad maravillosa cuyos edificios y templos de madera se conservan prácticamente inalterados desde hace siglos.
mucho más que religión
En mis viajes siempre trato de conocer lugares o experiencias que se salgan un poco de la ruta habitual de “turisteo”. Por lo que en esta ocasión tenía claro que no podía dejar pasar alguna de las variadas y curiosas religiones que existen en la India, como el Jainismo en los templos de Ranakpur, el Sijismo en el mismo Delhi, el hinduismo, budismo… Por supuesto, y especialmente debido a la suciedad e interminable peregrinaje de personas y tráfico en sus calles es muy recomendable –y divertido- atreverse a coger ese vehículo tan habitual en casi todo Asia. El ricksaw. De esta manera viviremos todo desde la seguridad y tranquilidad –relativa- de nuestro asiento mientras un avispado conductor serpentea entre vehículos, personas y animales sin que nos empujen o pisen.
Asistir a una ceremonia religiosa es otra de las mejores formas para sumergirse en la cultura de destino, especialmente en un país tan devoto y auténtico como la India con tantos templos y por supuesto, el imponente y sagrado Ganges donde todo termina para ellos. Quizá no sea un experiencias para los más sensibles, pero asistiendo a una cremación comprendes su explicación sobre el enfoque de la vida terrenal y la “otra” vida. La más importante para ellos. Existen otras actividades más agradables como participar en una clase de Yoga –disciplina originaria de la India- o una consulta con un médico Ayurveda, su medicina tradicional. En mi escapada a Nepal me encantaron sus ciudades tradicionales con sus montañas eternamente nevadas como telón de fondo así como su cultura y costumbres tibetanas.
la india desde cerca
Como en muchos otros países de la región, recomiendo comprar billetes de segunda clase para viajar en tren, ya que esta es la mejor manera de interactuar con la gente y vivir un poco más de cerca la vida de los locales. En lo que se refiere a hoteles, una opción muy atractiva es sin duda alojarse en alguno de los antiguos palacios de Maharajás o en algún hotel con ubicación privilegiada como el que se encuentra en frente del mausoleo del Taj Mahal.
Tras este periplo sensorial, solo podía terminar de la mejor manera mi recorrido antes de volver al mundanal ruido. ¡Maldivas me esperaba! Pudimos disfrutar de unos días en el paraíso en la Tierra para finalizar a todo lujo esas vacaciones inolvidables. Pero eso ya me lo reservo para otra historia 😉
LAURA
Me describiría como una amante viajera, apasionada de nuevas culturas y paisajes, y enamorada del viaje a medida. Siempre he pensado que un viaje es lo único que compras que te hace más rico, y es que cada vez que conoces un nuevo destino, vuelves con más equipaje, del que importa, el del alma, no el que pesa. Los mejores recuerdos de cada viaje no son siempre los que esperábamos antes de partir ya que siempre hay oportunidad para lo inesperado que quedará guardado para siempre en nuestra memoria. Eso es lo enriquecedor y aleccionador de viajar, siempre hay tiempo para el aprendizaje, la aventura y las sorpresas.
Me encanta diseñar cada viaje como si fuera para mí misma, con la ilusión de crear una experiencia inolvidable para cada cliente.
“Viaja, que la vida es muy corta, y el mundo enorme”
Comentarios recientes