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Visitar Roma es una de esas cosas que debemos hacer al menos una vez en la vida. Una ciudad digna de portadas de revistas de viaje, historia, arte y por supuesto gastronomía. Cuenta con una de las mayores concentraciones de atractivos turísticos del mundo por su valor cultural, histórico y artístico y sin duda 48 horas en esta ciudad no serán suficientes para descubrir sus infinitos rincones con encanto. Sin embargo, nos servirá para degustar una pequeña porción de lo que Roma puede ofrecernos.

Independientemente de nuestra hora de llegada a la capital italiana, la Plaza de España –Piazza di Spagna-, fácilmente accesible en metro, ofrece un punto de comienzo perfecto. Esta plaza es especialmente conocida por su gran escalinata y por la animada atmósfera que se respira en ella y toma su nombre de la embajada española ubicada en ella desde el siglo XVII. Está estratégicamente situada entre las calles Via dei Condotti -famosa vía para ir de compras- Via Frattina y la Via del Babuino, y a pocos minutos andando de lugares como la Fontana de Trevi o el Panteón.

Fontana de Trevi, un clásico si viajas a Roma

A pocos minutos andando, llegaremos a la fuente más bella –y más grande- de Roma: la Fontana de Trevi. Esta fuente, cuyo origen data del año 19 a.C, se encuentra en la confluencia de 3 vías principales, y sus aguas coleccionan miles de monedas –alrededor de 1 millón de euros- que se recogen cada año para donar a fines benéficos desde 2007.

No te pierdas el Panteón si visitas Roma

Otra parada obligatoria de esta zona de Roma es el Panteón, considerado el edificio mejor conservado del Imperio Romano.

En el exterior, cientos de transeúntes se reúnen observando su pronaos –pórtico de columnas- mientras los músicos animan con sus ritmos y melodías la ya ajetreada atmósfera. Una vez dentro, bajo la inmensidad de su cúpula comprenderemos el poder del Imperio y la ingeniería romana.

Plaza Navona

Esta plaza, considerada la más bella de Roma también la encontraremos a pocos minutos andando. Bueno vale, quizá no sean tan pocos, pero no por la distancia si no por los cientos de rincones y estatuas que encontraremos por el camino y que nos obligarán a detenernos para observarlos con esmero.

En cualquier caso, cuando lleguemos, encontraremos una preciosa plaza barroca, cuyas fuentes –Fontana del Moro, del Nettuno y dei Quattro Fiumi– ofrecen a turistas y locales una zona perfecta para relajarse. Por supuesto, como en otras zonas de Roma, no faltarán artistas de toda clase animando el ambiente.

La Roma Imperial

Llegó el momento de conocer uno de los lugares más visitados del planeta: el Coliseo Romano. Esta maravilla de la antigua Roma, protagonista en epopeyas y leyendas, y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO –como era de esperar- nos muestra el poderío del Imperio Romano y la elocuencia de sus dirigentes para entretener al pueblo.

La construcción de esta colosal estructura comenzó en torno al año 71 d.C y su estructura radial interior dividía a la muchedumbre por clases sociales. Cuanto más cerca de la arena, mayor era el rango al que pertenecían. Junto al Coliseo encontraremos también el Foro Romano y el monte Palatino, el cual ofrece unas vistas sin igual de la Antigua Roma. Para evitar colas, lo mejor es comprar las entradas por Internet, ya sea del Coliseo por separado o las combinadas con visita al Foro y al monte Palatino.

El Vaticano

Sea cual sea la razón que nos lleve a visitar el Vaticano, no debemos perder la oportunidad de acercarnos a esta ciudad-estado en el corazón de Roma, y símbolo católico por antonomasia, ya sea por su portentosa arquitectura, la grandilocuente Basílica de San Pedro o la imperdible Capilla Sixtina –dentro de los museos Vaticanos-. Es importante tener en cuenta que los museos Vaticanos abren únicamente de lunes a sábado, a excepción de los últimos domingos de cada mes.

Para llegar a la Ciudad del Vaticano podemos tomar el metro hasta la estación de Ottaviano, y a pocos minutos andando llegaremos a la Plaza de San Pedro, lugar de suma belleza.

El barrio del Trastevere en Roma, una delicia

Para explorar el Vaticano a fondo basta con una mañana completa, que podremos combinar con un paseo vespertino por el concurrido barrio de Trastevere. Aquí podremos apreciar la deliciosa y archiconocida gastronomía italiana y perdernos por sus empedradas callejuelas. Y si no queremos perdernos ni un bocado de sus platos más típicos, podremos realizar un Tour Gastronómico por el barrio.